Señora cospedal, no mezcle churras y merinas.

Resulta insoportable escuchar a la número dos del PP, la señora Cospedal, simplemente insinuar que hay un desequilibrio entre lo que hace el gobierno contra ETA y lo que hace contra el PP. La verdad es que las peleas, peleíllas y cabreos entre los dos grandes partidos españoles a mi me dan un poco igual pero debo reconocer que me asombra lo mal que se defiende el PP. Ataca repartiendo mierda para todos los lados. Porque con lo que dice no ataca al PSOE, o no solamente, ataca a todo el sistema jurídico y policial del Estado.
Es legítimo que el PP esta mosca con lo que le está cayendo. Pero tendrán que reconocer que los primeros responsables son ellos mismos y su incapacidad manifiesta de limpiar su organización de chorizos, corruptos y mangantes. Además deberían darse cuenta que les falta legitimidad en sus contraataques si no hace algo que efectivamente demuestre su lucha contra sus corruptos. El PP no puede quedarse tan tranquilo, con la sentencia del supremo, que desestimaba el asunto Camps y sus trajes. Tal y como está la sentencia, habría que ponerse a regalar cosas “sin esperar nada a cambio” a todos los políticos y nunca por ello arriesgarse a ser demandado.
Por ejemplo, algo de experiencia sindical tengo, y me pregunto ¿si cuando yo era responsable de construcción de CCOO, una empresa de construcción me hubiera hecho gratis reformillas en mi casa, o incluso me hubieran hecho una casa por la geta, alguien hubiera pensado que era a cambio de mi cara bonita? Estoy convencido que cualquier trabajador con un mínimo sentido común, hubiera concluido que me había vendido a esa empresa con todas las consecuencias que eso representa para los derechos básicos de los y las trabajadoras.
En fin, que el PP debería ser el primer interesado en llegar hasta el final con lo que ha hecho uno de sus dirigentes más destacados y relevantes, el presidente Camps.
Y que el PP ponga el ventilador y eche mierdas hacía todos los lagos o que invente una conspiración “judeo-masónica” pues como que tampoco cuadra. Y encima cuando ya se permiten tapar, mezclar o comparar sus miserias con la lucha contra el terrorismo ya se hace inaguantable.