Esta mañana me he desayunado una noticia de las que uno comenta con los colegas. Este año se ha triplicado el número de solicitudes para ser policía nacional y casi duplicado para ser Guardia civil. Me consta también que las peticiones para el ejército se han incrementado en un 60%.
No me parece especialmente sorprendente, dado el actual estado de las cosas, léase “crisis muy grave”. Sin embargo, sí que me llama la atención, que todo parece indicar, que detrás de esas solicitudes hay un deseo (muy humano) de estabilidad en el trabajo. Eso de ser funcionario y tener un sueldo fijo, mola mucho en tiempos de crisis. La confianza que la gente tiene en la estabilidad del estado es grandísima y tal vez gravísima.
Digo, gravísima, porque me preocupa que detrás de estas solicitudes, y que me perdonen la provocación, lo que me parece que hay es mucha gente con falta de compromiso con el trabajo y un excesivo interés por la comodidad. Y cuando estiro de la cuerda, lo que puede aparecer es gente que por dinero hace cualquier cosa.
Y cuando los que hace ese tipo de trabajos (léase policía, guardia civil, militares,…) están dispuestos a cualquier cosa por dinero y estabilidad hay que echarse a temblar, porque pudieran ser lo que vulgarmente se conoce como mercenarios.
Parece que la oferta de trabajos de este tipo ha bajado, supongo que por la crisis también. Lo que si me gustaría es que se incrementase el nivel de exigencia a cualquier candidato de esos. Que no vaya a ser, que de la crisis salgamos con más vagos y mercenarios en algo tan delicado como esos trabajos de relevancia y efecto social y político tan importante.
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