Me han contado de buena tinta que ya hay sentencia sobre la demanda que presentaron varios miembros del consejo de Euskadi de Ezker Batua contra el supuesto uso fraudulento y de mala fe, de las renuncias que en su día firmaron a Javier Madrazo. La sentencia da la razón a los madracistas, validando las renuncias y por tanto cambiando completamente el mapa de la dirección de Euskadi. Es decir, nueve miembros del consejo de la corriente Aranista (por así llamarla) van a ser sustituidos por nueve miembros fieles a Madrazo.
Si es así, ni en los peores sueños me podía haber imaginado las consecuencias que podía tener, que un conflicto interno de tal calado se resolviese en los tribunales. Los que han demandado a Madrazo y los suyos se han quedado sin argumentos porque han sido derrotados, por la vía que han elegido para resolver el conflicto. Si tú has elegido el campo donde jugar el partido, no puedes rechazar ese campo, cuando has perdido el partido. Ahora creo que sería complejísimo pedir un escenario diferente, como algunos pedimos en su momento (hace un mes), que era que esto se resolviese internamente en una asamblea con los afiliados de Ezker Batua. Y para los ganadores de la sentencia, se me antoja difícil que tuviesen un gesto en esa dirección.
El que se somete a los tribunales, debe someterse al resultado aunque no le guste. Yo sé un poquito de esto como algunos ya conocéis.
Esto pinta muy mal. Pero desde mi libertad, sigo pidiendo asamblea general para resolver los problemas de la dirección política de Ezker Batua y que se den pasos hacía una renovación profunda de los dirigentes de la organización. Así, los que llevan siendo primeros espadas durante años, dirigiendo la organización y sus corrientes, abandonen generosamente esa dirección política. Los unos o unas y los otros u otras.
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