Parece ser que me va a tocar ser concejal en mi pueblo. La compañera (Maialen) que iba delante de mí en la lista municipal se ha ido a vivir a México. Y si nadie lo remedia y no me rajo seré próximamente concejal de Ordizia. Y digo las dos cosas, si nadie lo remedia y no me rajo, aunque esto último creo que no va a ocurrir. Por lo que pudiera ser que alguien ponga palos en las ruedas para que yo no sea concejal. De hecho, en los últimos tiempos algunos las han puesto.
En Ordizia en su día hicimos una lista en Ezker Batua, en la que Maialen iba primera, el compañero de Aralar Mikel segundo y yo iba tercero. En Donostia, nadie sabe porque razón a la hora de registrar la lista modificaron mi puesto y me pasaron al quinto puesto, tercero dentro de los candidatos de EB. Sorprendente y sorpresivamente sacamos tres concejales, hipótesis que nunca barajamos, pero de lo que estamos tremendamente agradecidos a los ordiziarras. El pueblo de Ordizia, nos mandaba un mensaje de izquierdas y contrario a la violencia. Nos decían confrontaros con el campo de Golf de Oiangu y frenar la política de derechas del ayuntamiento nacionalista. Nos decían que no compartían la estrategia de las bombas y los atentados del nacionalismo violento. Sin embargo, por eso de la rechazable ley de partidos, la ausencia de batasuna en las elecciones, implicaba un perfil limitado a la elección del tercer concejal. Hay que recordar que en las elecciones municipales todavía ETA tenía vigente el “alto el fuego permanente”.
Por eso, al día siguiente de las elecciones, después del rotundo éxito electoral de EB, nuestra intención fue no coger el tercer concejal. Queríamos tener ese gesto con la paz, contribuir al camino del fin de la violencia. Lamentablemente duró pocos días la situación de Alto el Fuego. ETA anuncio que volvía a las armas y se nos habría un dilema terrible, coger o no coger la concejalía. Nuestros socios de coalición electoral, Aralar, nos indicaban que no lo consideraban conveniente. Nuestra compañera Leontxi (la que habían puesto tercera por decreto en Donostia) estaba siendo acosada vilmente por gentuza, que no merece ser considerada como personas de izquierdas. Había sido proclamada culpable antes de hacer o decir nada. Estábamos en una situación compleja y en lo interno tampoco se resolvía eficazmente el problema.
Por otro lado, la gobernabilidad del Ayuntamiento estaba resuelta. Frente a la violencia, nuestra posición fue respaldar con un voto a favor y otro en contra la institución que representa el alcalde. Dimos legitimidad a la alcaldía para que nadie pudiese decir que Ordizia no tiene un alcalde legítimo, porque contó con mayoría suficiente para ser electo como tal, independientemente de la ley de partidos, pero también dijimos no a su política.
Al final, entre disquisiciones políticas y por algunos “quítate tu que me pongo yo”, no hemos cogido hasta la fecha la tercera concejalía. Pero la situación ha dado un nuevo giro o tumbo, según se mire, con la partida de la compañera Maialen hacía México por asuntos personales. Ahora, nos quedamos sin ningún concejal en Ordizia y eso en principio no es una situación aceptable, ni para la organización, ni para los votantes de nuestra candidatura.
Por ahora, hasta aquí puedo leer. Por mi parte, estoy preparado y dispuesto a coger la concejalía, pero eso ocurrirá si nadie lo remedia. Hasta la segunda parte.
elconcejal.es, 1ª parte
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